La manera más efectiva para detener el tiempo que le dedicamos a pensar una y otra vez en las mismas cosas o en las situaciones que no tienen salida o que ya pasaron y no podemos cambiar, es distrayendo el foco de nuestra atención. Muévete, ponte a hacer algo, observa el paisaje, ubícate en el lugar donde te encuentras, concéntrate en lo que estás haciendo y suéltate de esos pensamientos y descansa.