Aquella noche Rama y Lakshman, habiendo cumplido su misión, re- gocijados en su corazón, se sintieron felices.
A la mañana siguiente, Rama y Lakshman, despertaron tem- prano para ejecutar sus deberes matutinos: tomar un baño antes del amanecer, aplicar los signos sagrados tilak, vestir ropas limpias y sencillas, y recitar sus meditaciones cotidianas.