Durante años, Peter Tobin fue un hombre más en las iglesias de Escocia: amable, servicial, discreto. Nadie imaginaba que bajo el suelo de una parroquia de Glasgow yacía el cuerpo de una joven desaparecida. Su captura destapó uno de los mayores horrores de Escocia: un asesino en serie que había enterrado a sus víctimas en distintos puntos del país… y que podría ser el mismísimo “Bible John”, un fantasma criminal de los años 60.