En este discurso, se aborda el Salmo 119, el capítulo más largo de la Biblia. Se explica que los diferentes sustantivos usados en este capítulo hacen referencia a las Escrituras, y que es necesario entregarse por completo a la Palabra de Dios. Se enfatiza la importancia de seguir todo el consejo de Dios y no seleccionar versículos de forma aislada para apoyar doctrinas sin fundamento bíblico. También se expone la idea de que el universo es sostenido por la Palabra de Dios, y que nuestra lealtad a Él será firme si está fundada en Su Palabra.