No hay dos Jesucristos, solo hay uno. Jesucristo, que se hizo pan de vida para saciar nuestra hambre de Dios, es el mismo Jesucristo que se hizo el hambriento para saciar mi hambre de él. En este podcast de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley exhorta a no dejarse coger el corazón por la riqueza y a tener presentes a los pobres, porque a ellos pertenece la Iglesia.