“He visto” le dijo muy serio “al demonio que entraba en esta casa. Estaba en un dormitorio y pasaba de una cama a otra diciendo de vez en cuando: -¡Este es mío!-
Yo protestaba. De pronto se precipita sobre uno de aquellos jóvenes para llevárselo. Yo comencé a gritar y él se arrojó contra mí, como para estrangularme”.