Comentando el evangelio de la viuda de Naín, el P. Christopher Hartley, en esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», explica que en la vida hay dos procesiones: una de vida y una de muerte, y que es maravilloso cuando uno conoce a Jesucristo como el Señor de mi vida, que transforma todos los signos de muerte que hay en mí en signos de esperanza y de vida. También la Iglesia, que es su cuerpo, está llena de vitalidad y de esperanza.