Doña Sancha Raimúndez fue una mujer realmente excepcional y adelantada a su tiempo. Hija de la Reina Doña Urraca de León, escogió la soltería como estado de vida para dedicarse por entero a la caridad. Gracias a su relación con la Orden del Temple, pudo traer a España importantes reliquias desde Tierra Santa, contribuyendo a enriquecer espiritualmente el Reino de León con la creación de importantes monasterios, como el de la Santa Espina. Conoció a San Bernardo en su Monasterio de Claraval de regreso de un viaje a Tierra Santa. Fruto de esta amistad surgió la fundación del primer monasterio del Cister en tierras leonesas. Conoce a las «Reinas cristianas de la Edad Media», en «Marcando el Norte», con Dña. Margarita Torres, doctora en Historia Medieval y profesora titular en la Universidad de León, España.