¿Estamos realmente convencidos de que es solo en la voluntad de Dios, en el plan de Dios, donde nuestra vida tiene realmente sentido? En esta reflexión de «Palabras de vida desde la misión», el P. Christopher Hartley explica que, sin enamoramiento, no hay cumplimiento de la voluntad de Dios y que, en la Iglesia, se vive de amor y para amar. Pero es imposible hacer la voluntad de Dios si no se tiene el corazón limpio, si no se tiene el corazón puro.