El pueblo de Israel, persuadido por el reporte falso de diez espías, llora y desea morir en el desierto o regresar a Egipto. Dios habla de exterminarlos para hacer una nación de Moisés, pero Moisés intercede de manera desinteresada e implora que Dios los perdone y así se mantendría en alto el honor de Dios. Aunque hay perdón, hay castigo. Comienza el "día de la tentación en el desierto": cuarenta años de vagar en el desierto en los que moriría toda una generación, excepto Josué y Caleb. Los diez espías que desalentaron al pueblo mueren en una plaga. Israel, impaciente y presumido, es derrotado en Horma.
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