Esta es la primera parte de un sueño que tuvo S. Juan Bosco, en el que, estando los chicos jugando en el patio, se apareció un hombre e indicó a uno de los chicos que le había llegado su hora. Por lo que dijo, además, el santo comprendió que la muerte sería inesperada y que él tenía que ayudarle a prepararse para una buena muerte.