El «Reconocimiento de Franco por la Santa Sede» tardó en llegar bastante más de lo que los sublevados, y con ellos buena parte de los católicos españoles, esperaban. Era comprensible que los que estaban haciendo un esfuerzo bélico tan grande en aras de la religión reprocharan al Papa su dilación. Pero D. Santiago Navarro de la Fuente ‒profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Sevilla‒ nos muestra en este programa de «Entre Profesionales» las razones que motivaron este retraso y la prudencia con la que la Santa Sede gestionó esta difícil situación, ya que la Santa Sede debía velar también por la Iglesia que sobrevivía en la zona republicana, donde debía evitar un recrudecimiento de la persecución religiosa que había caracterizado los primeros meses de la guerra. La llegada a España de Mons. Ildebrando Antoniutti permitió al Papa tener un interlocutor directo con el que poder dialogar con Franco, hasta lograr un entendimiento que culminó con el reconocimiento de la España nacional en junio de 1938.