La Palabra de Dios nos dice hoy que Dios quiere más conocimiento de Dios que sacrificios. La Virgen de Fátima mostró a los pastorcitos el infierno y les dijo: «¿Queréis ofrecer sacrificios y oraciones por la salvación de las almas de los pobres pecadores?». Y a partir de ese momento los niños hicieron constantes sacrificios. Entonces, hay que dejarse empapar de la Palabra de Dios y no cercenar el Evangelio.