Celebramos hoy unidos a todos los católicos del mundo el Domingo XIX - Décimo noveno del tiempo ordinario del ciclo B, para que unidos a todos los cristianos del mundo, alabemos, celebremos, agradezcamos y pidamos humildemente perdón al Padre Bueno, por todo lo que hemos vividos en la semana que ha terminado y nos prepara a vivir la que hoy comenzamos, inspirados en las lecturas de la Divina Liturgia de este Domingo que nos invita a confiar en el Senor, quien nos ha prometido estar siempre con nosotros hasta el fin de los tiempos con la promesa de darnos vida eterna.
De ahí la Eucaristía. Jesús se quedo en nuestros sagrarios por amor a cada uno sabiendo que llegarían momento en nuestra vida diaria en que nos sentimos solos sin nadie a nuestro lado, que escuche nuestros lamentos en momentos difíciles porque recordemos Jesús se deja encontrar siempre, por quienes lo buscan con sincero corazón. Sabiendo que si lo buscamos es porque El nos ha buscado primero, nos dice San Agustín. Por eso vayamos con confianza que aunque solamente le miremos a los pies del sagrario, El sabe darnos la solución exacta si estamos atentos a la suave brisa con que siempre nos rosa la cara diciéndonos. Aquí estoy a tu lado.