No podemos pensar que somos justos si estamos llenos de soberbia. El Señor intenta tocar nuestros corazones para que nos convirtamos y nosotros muchas veces nos endurecemos. La viña del Señor necesita operarios fieles y constantes, que se llenen de su amor para darlo a los demás. ¡No te cierres al amor de Dios, no le tengas miedo! Escucha al P. Rafael Alonso, en «Fuego de amor».