D. Miguel Ángel Catalán habla sobre una de las pastorales más arduas y, al mismo tiempo, más esperanzadoras en la vida del sacerdote: la juventud. Dando especial relevancia a aspectos como la colaboración con las iniciativas de la diócesis y la importancia de compartir experiencias sanas con los jóvenes, sabiendo enseñar y orientar hacia la santidad.