En estas dos narraciones se cuentan hechos bastante diversos. La primera trata, como tantas otras veces, de la importancia capital de conservar la vida de virtud, especialmente de la pureza, y de cómo ve Dios el alma de aquellos que se han manchado conscientemente. El segundo relato muestra la dificultad que tuvieron que pasar en las casas de Francia, a pesar de lo cual nunca les faltó el auxilio de la Santísima Virgen.