21 de abril de 2012
P. Henry Kowalczky
Cuando el Señor entra en la vida, aunque haya tempestades, con Él en el barco, en nuestro corazón, tocamos tierra firme. Ya no hay inestabilidad. El Señor quiere entrar en nuestros corazones. Conoce cada uno de nuestros corazones. Sabe si hay tempestades dentro, si hay paz dentro, si hay angustia dentro, y entra.