Esta fiesta se celebra el jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés. Fue introducida en España en 1973. San Juan Pablo II, en el documento “Ecclesia de Eucharistia” señala que “Él, sumo y eterno Sacerdote, entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima Trinidad”. El sacerdocio es un don inmenso que Jesucristo ha dado a la Iglesia. Demos hoy gracias a Dios por este don y pidamos en este día de modo particular por los sacerdotes.