Aquí tenemos el inicio de la oposición al mensaje apostólico, este vino de los religiosos de aquel día y nos advierte que la obra de Dios, siempre ha sido acompañada de dicha persecución. Desde el principio y hasta nuestros días, esto ha caracterizado la verdadera obra de Dios. Solo aquellos que han bajado el estandar de la verdad de Dios, no han sufrido en manos de los perversos, pero sabemos que la iglesia verdadera ha florecido y se ha purificado en medio de la adversidad. Aunque Satán pueda intentar callar a los mensajeros, no puede, ni podra silenciar el mensaje poderoso y verdadero del Señor.