Estando en el colegio salesiano de Lanzo, en Turín, al que S. Juan Bosco se había retirado para descansar un poco, tuvo una serie de tres sueños que comunicó al director de ese colegio. Como otras veces, bajo distintas apariencias, se comunicó al santo en qué condiciones se encontraban las conciencias de los distintos chicos y el peligro que corrían algunos de ellos.