En este episodio de Ensanchando el Territorio de Dios con Fidel, descubrimos que el Evangelio no es solo un mensaje sobre Cristo, sino Cristo mismo.
No se trata de lo que Dios nos da, sino de Dios dándose a sí mismo en Jesús.
Pablo lo explicó con claridad en 2 Corintios 4:4–6:
“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz,
es el que resplandeció en nuestros corazones,
para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”
En un mundo lleno de ruido y religiosidad, el llamado es simple:
conocerlo, no solo hablar de Él.
Cuando Su luz brilla en el corazón, la oscuridad pierde poder.
Permite que este mensaje te lleve a mirar al rostro de Cristo,
a descansar en Su obra consumada
y a reflejar Su gloria en tu vida diaria.