El Señor nos dice en el Evangelio que vendrá una enorme tribulación, y es normal que sintamos miedo ante lo imprevisible y terrible. Pero hemos de procurar que ese miedo no sea paralizante. Para eso hemos de leer todo lo que dice el Señor, no solamente una parte. «Cuando veáis estos signos, dice el Señor, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación» (Lc 21, 29).