Como creyentes debemos saber que somos la luz del mundo y que este mundo nos necesita para salir de la oscuridad. Tenemos que preocuparnos por una generación que viene, una generación de niños y adolescentes que nos necesitan.
No podemos hacer vista gorda cuando personas se están perdiendo. Necesitamos involucrarnos en el asunto y ser salvavidas. Necesitamos involucrarnos en esta generación perdida, y saber llevarlos al lugar de salvación.