En esta ocasión, se relatan dos sueños bastante distintos. En el primero se narra cómo S. Juan Bosco vio que tenía que fundar una misión en la Patagonia argentina y, en el segundo, uno de tantos sueños en los que el santo ve qué pecados son los que están cometiendo los jóvenes del Oratorio para poder corregirlos y que cambien de actitud.