A lo largo de las sesiones del Concilio Vaticano II, encontramos la intervención de tres papas. Curiosamente, con el tiempo, los tres han sido canonizados. Son: san Juan XXIII, san Pablo VI y san Juan Pablo II. D. Pablo Blanco Sarto –profesor de Teología Dogmática en la Universidad de Navarra– comienza su reflexión acerca de las «intervenciones papales en el concilio» con Juan XXIII, su iniciador y quien dispuso las bases sobre las que el concilio debía tratar. Seguirá con Pablo VI, que se encargó de desarrollar el proyecto de Juan XXIII y hacer de intermediario entre los diferentes participantes en el concilio. Y terminará con el entonces cardenal Karol Wojtyla, futuro papa Juan Pablo II, que influyó muy positivamente en el desarrollo de la constitución «Gaudium et Spes». El Card. Wojtyla fue aplicando lo que se iba definiendo en el concilio en su propia diócesis de Cracovia (Polonia). Veinte años después del mismo, ya, Sumo Pontífice de la Iglesia católica, convocó un concilio extraordinario para evaluar los resultados obtenidos hasta ese momento.