Tenemos que decantarnos en favor de la Verdad. Estemos seguros de que la Iglesia nunca perecerá porque está por encima la promesa de Jesucristo: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Las promesas de Jesucristo se van a cumplir siempre. ¡También en nuestros días! No tengáis miedo, id por el camino de la Verdad y ¡amad a Jesucristo! ¡Amadle con todo vuestro corazón!