En 1630, en Canosio, al norte de Italia, el párroco D. Antonio Reinardi bendijo el pueblo con el Santísimo logrando así salvarlo del desborde del río Maira.
En Asti, Italia, han ocurrido en diversos momentos de la historia dos milagros eucarísticos, uno en 1535 y el otro en 1718. En ambos, la Hostia consagrada salpicó Sangre viva.
Alrededor del año 1200, en Liegi, Bélgica, santa Giuliana de Liegi, religiosa del monasterio de Mont Cornillon, tuvo visiones misteriosas acerca de la institución de la fiesta del Santísimo Sacramento, aunque solo después de su muerte la fiesta logró difundirse por todo el mundo católico.