A raíz de ciertas dudas sobre la maternidad divina de María, se pone en marcha el Concilio de Éfeso, donde María es proclamada solemnemente por los padres conciliares en el año 431, con cánticos de alabanza, como Theotokos. Con D. Jorge Fernández Díaz, exministro del interior e ingeniero, en este programa de «Marcando el Norte», vemos cómo al negar la maternidad divina de María negamos la divinidad de la segunda persona de la Trinidad. Los dogmas marianos siempre son cristológicos; no son para divinizar a la Virgen sino para dar mayor gloria a la Trinidad, y en particular a Jesucristo. Una enseñanza que nos dan los grandes santos es que a Jesucristo se va y se viene siempre por María.