Siguiendo el mandato del Señor, que dice: «Lo que hiciste a uno de estos más pequeños, a Mí me lo hiciste», el P. Rodrigo Miranda, IVE, junto con otros sacerdotes, en los peores momentos de la guerra, no se encerraron en sí mismos y en casa, sino que salieron a ejercer su ministerio sacerdotal allí donde se les requería, sin hacer acepción de personas, especialmente a aquellos que por circunstancias más los necesitaban. Y, esas personas, en medio de todos esos sufrimientos, les contaban sus esfuerzos en la fe, demostrando su victoria cristiana. Escucha este podcast completo de «Una persecución luminosa».