En este programa de «El mundo que se avecina», Albert Cortina y Miquel-Àngel Serra Beltrán –doctor en Biología e investigador en Biomedicina– recuerdan que no se debe instrumentalizar al ser humano y, por lo tanto, no se puede desarrollar una tecnología con esa finalidad. Pero es previsible que, después de tanto luchar por el «mejoramiento» de la raza humana y la inmortalidad, solo se desee la muerte por la falta de sentido en la que se vive. La vida humana es sagrada y no puede ser usada como un objeto. Hemos de valernos de la tecnología en lo que nos ofrece de bueno, al servicio de la vida humana, si no, se volverá contra la humanidad.