En esta ocasión, Beatriz Fra Amores, enfermera y máster en Bioética por la Universidad Católica de Ávila, da un paso más en la profundización del ser femenino. Reflexiona acerca de que Dios, que es el único creador de vida, permite que la mujer, con colaboración del varón, engendre vida en su propio ser. De ahí que la realidad del ser femenino sea indefinible sin hablar de la maternidad. Por otro lado, las características propias del ser femenino, inscritas en su cuerpo y en su alma, están íntimamente relacionadas con su vocación al amor. Característica especial es la acogida, que le permite no solo acoger la vida sino también el sufrimiento y hacerse fuerte en el amor para proteger al débil y, así, ser capaz de amar gratuitamente, siempre, a todos, tanto en la maternidad física como en la maternidad espiritual.