Se examina el proceso de formación del Nuevo Testamento y el canon bíblico. Rechaza la idea de que se perdieron libros o que la iglesia católica manipuló la Biblia, y afirma que el canon fue reconocido por la iglesia primitiva antes de que fuera formalmente declarado. Destaca la importancia de comprender el contexto histórico de cada escrito y distinguir entre libros apostólicos y aquellos disputados.