Celebramos el II Domingo de Cuaresma del Ciclo A, y la Iglesia a través de su Liturgia nos invita a mirar hacia el punto de llegado -La Pascua-. Porque la Cuaresma con sus exigencias de conversión y penitencia es el camino necesario para llegar a Jerusalén y Jesús explica a sus discípulos donde termina este camino que pasando por la muerte llega con toda seguridad a la Pascua de la Resurrección gloriosa . La Liturgia de este Domingo centra su mensaje en el misterio de la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor. S.Pablo en la carta que escribió a su discípulo Timoteo, nos recuerda la santidad de vida a la cual todos hemos sido llamados diciendonos: "Dios nos llamo a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque desde antes de la Creación Dios dispuso darnos la gracia, por medio de su Hijo Amado Jesucristo".