En este sueño que narra S. Juan Bosco, el santo anunció a los jóvenes dos cosas: la primera era el estado de las conciencias de muchos de los jóvenes y la fuerza que tiene la santa Misa para combatir contra todos nuestros vicios y contra el demonio, y la segunda, el número de muertes que iban a darse en el Oratorio en los cuatro años siguientes.