En medio del debate al respecto del tercer dogma, encontramos los teólogos con la «pía opinión» y los teólogos con la «menos pía opinión». D. Jorge Fernández Díaz, exministro del interior e ingeniero, en conversación con el profesor Javier Paredes, nos muestra que a través de las disputas entre los maculistas e inmaculistas, se desvela la verdad querida por Dios. Esta disputa llevó al franciscano Juan Duns Scoto, iluminado por el mismo Espíritu Santo, y queriendo interpretar fielmente lo que era la voluntad de Dios, a salir en defensa del nombre de la Madre de Dios como la Inmaculada Concepción. «Potuit, decuit, ergo fecit» («Podía hacerlo, convenía hacerlo, pues lo hizo»).