Homilía en la entrada al noviciado de las Siervas del Hogar de la Madre. Lo que hemos visto aquí es el don de la llamada. La iniciativa es siempre de Dios. Nadie tiene derecho a ser cristiano, es un don que Dios que te regala. Tú lo que tienes que hacer es abrirte y recibirlo. Pero una vez recibido tienes que custodiarlo, porque es un tesoro inmenso que no hay que perder.