Como a los apóstoles, también a nosotros el Señor nos pide echar las redes para pescar, a pesar de nuestro esfuerzo, del cansancio de toda la jornada. Solo actuando en su nombre podremos conseguir los frutos que Él quiere, pero los que Él quiera. No podemos esperar sacar el fruto dónde, cuándo y cómo nosotros queramos. Es Él el que hace fructificar, nosotros solo tenemos que echar la red. Escucha a D. Jorge González Guadalix, en «Reflexiones de un cura».