Álvaro Saurina cuenta el testimonio de su labor misionera en Moscú con su familia, donde estuvo un año y medio junto a su esposa y sus cinco hijos. “Yo tengo un secreto para los maridos, y es que a la mujer le gusta que su marido le sea infiel con Jesucristo. Si uno está enamorado totalmente de Jesucristo, es mejor el segundo plato con primer plato Jesucristo, que el primer plato sin Jesucristo delante”.