Homilía del P. Félix López Lozano, 16 agosto 2013
Ser cónyuge significa
que los dos están bajo el mismo yugo, los dos tiran hacia la misma dirección.
El orgullo es que hace que se empiece a ver al cónyuge como a un enemigo. El
diablo se lo presenta como enemigo. Muchas veces el matrimonio se vive como un
concurso, “a ver quién tiene más suerte, a ver quién gana”…Pero esto es un
error enorme. ¿Por qué? Porque sois los dos del mismo equipo, porque si pierde
él, pierdes tú.