Meditación por el P. Rafael Alonso Reymundo
7 diciembre 2013
Cuanto más la conocemos, más la admiramos y, al
admirarla, más la alabamos. ¿Cómo puedo yo cantar las glorias de María que es
la Madre de Dios? ¿Cómo puedo yo agotar todo lo que es bello de María?
Imposible. De María nunca podemos decir “basta”. No somos capaces de llegar a
comprender todo lo que la Virgen es.