Hoy es Domingo de Ramos y con él comienza la Semana Santa. En este día la Iglesia recuerda la entrada triunfal de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su misterio pascual. Jesús sube a Jerusalén para celebrar la Pascua y al acercarse al monte de los Olivos, manda a dos discípulos que le traigan un borriquillo. Los discípulos hicieron lo que les había mandado el Señor, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. “La multitud extendía sus mantos por el camino; algunos cortaban ramos de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: - ¡Viva el Hijo de David! - ¡Bendito el que viene en nombre del Señor - ¡Viva el Altísimo!”. (Mt. 21, 7-11). Acompañemos al Señor en estos días, escuchemos con reverencia la palabra de Dios y dejémonos interpelar por sus enseñanzas. ¡No hay triunfo sin cruz que la preceda!.