Clint Valentine tuvo una infancia difícil. Fue educado en la Iglesia protestante, pero en su casa no se podía hablar de Dios. En una situación en la que llegó a pasar hambre, y aunque nadie se lo había enseñado, elevó a Dios una oración con todo su ser. Pasados veinte años, su éxito como entrenador profesional le había dado todo: coches de lujo, casas, dinero... Sin embargo, se encontraba completamente vacío y decidió cambiar sus prioridades. Un sueño y la añoranza de cantar en el coro le harán ponerse en camino para buscar a Dios. Descubre la historia de Clint en «Cambio de agujas».