Continuando con el sueño anterior, D. Bosco preguntó a su discípulo algunas cuestiones relacionadas con el pasado, el presente y el porvenir del Oratorio y de la Congregación Salesiana. Santo Domingo Savio le anunció, entre otras cosas, qué fue los que más le consoló en la hora de su muerte, predijo la muerte de algunos salesianos y le aclaró que la Congregación estaba dando mucha gloria a Dios y que continuaría siendo así si cada uno permanecía fiel.