Cuando Jesús fue a la sinagoga de Nazaret, al principio todos estaban admirados por lo que decía, pero, por su falta de fe, comenzaron a dudar y terminaron por querer matar al Señor. Que no nos pase esto a nosotros; qué triste sería que Jesús tenga que alejarse de nosotros por no querer escuchar su palabra. ¡No te pierdas esta reflexión de «Palabras de vida desde la misión», del P. Christopher Hartley!