Podría parecer una cuestión bastante sencilla. El paciente es quien decide sobre los tratamientos que quiere o no quiere recibir al final de su vida. Pero don Pablo Requena —médico y profesor de Teología Moral— nos explica cómo, en la práctica médica, nos encontramos con muchas situaciones en las que no es fácil o no es posible preguntar al paciente acerca del tratamiento que considera más adecuado para él. También nos explica por qué la moral cristiana tradicional defiende el principio de autonomía del paciente.