Este programa contiene un mensaje alentador de Mons. José Guerra Campos en el que aclama la alegría de la Resurrección.
El hombre pone sus esperanzas en los progresos humanos, pero se da cuenta de que todo se disuelve en las manos, porque su corazón está llamado a una esperanza viva. Jesucristo, esperanza luminosa, Dios, que se adentra en nuestra condición, vive nuestra vida y la transfigura, la convierte en camino a pesar de la muerte y conduce nuestra vida de Hijos de Dios a la meta que buscamos, que no es un espejismo sino una realidad. Cristo realiza nuestra esperanza, baja a nuestra condición de caminante para que al llegar al término a través de la muerte podamos decir: ese es el camino.