Sara Velázquez vivió una infancia muy dura. A los 11 años abandonó su casa tras un intento de abuso por parte del novio de su madre. A partir de ese momento, se movió en el peligroso ambiente de las bandas callejeras. Un buen día, al despertarse, se encontró con que no podía moverse de la cama. Era un brote de esclerosis múltiple. Tenía solo treinta y dos años y dos hijos pequeños. La agresiva enfermedad la dejó rápidamente sin vista. Apenas cuatro meses después, su pareja la abandonó, en la miseria, inválida y con dos niños pequeños. Comenzó a acercarse a Dios tras la visita de unos predicadores protestantes, pero su vida cambiará y descubrirá la Verdad gracias a la caridad de unas monjitas. Descubre su emocionante historia aquí, en «Cambio de Agujas».