Jesús no tuvo miedo de acercarse a Leví, un pecador, un gran pecador, porque sabía que si ganaba su alma, a través de él podría convertir a muchos. En esta homilía de «Palabras de vida desde la misión», El P. Christopher Hartley nos pregunta: «Y yo, ¿busco a la gente que está lejos? ¿Tengo sed de ganar almas para Dios? ¡Qué cosa más bonita si a mí me pudieran llamar amigo de publicanos y pecadores!»