En el Evangelio de san Marcos, nos dice que «Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí» (Mc 3,21). ¡Tanto trabajaba el Señor; tanto estaba preocupado por nosotros que parecía fuera de sí... tan dedicado a nosotros que no le preocupaba detenerse a comer! Esto el mundo no lo puede entender, y al final todo lo tergiversa siempre. Solo los sencillos lo descubren, a costa de ser señalados igual que Jesús, como unos locos.